Tengo dos ahijados, uno de carne y hueso que cumple ya 25 años y una de papel, pintura e historia que acaba de cumplir apenas ocho días.
A ambos les auguro un futuro brillante, porque los dos, cada uno a su manera se han “educado” y “creado” con toda el amor e ilusión del mundo.
Hoy os presento a uno de ellos, a mi querida y recién llegada “JANA”, una jovencita que aterriza en el mundo editorial de la mano de Emonautas y con dos mamás de lujo, Lola Ordoñez a través de su texto y Desiree Arancibia con sus pinturas y creatividad.
Conozco a Jana prácticamente desde el momento en que fue creada, antes incluso de ponerle cara, y es que su historia fue capaz de tocar mi corazoncito cuando era tan solo unas frases en papel.
Supe al instante que algún día podría tenerla entre mis manos, que algún día vería su sonrisa ilustrada y que página a página mi pequeña se iría haciendo grande descubriendo que ser ella misma era la mejor lección del mundo.
Jana viste un abrigo gris y un mar de dudas en su cabeza. Jana sabe qué haría si fuera un pájaro, o si fuera viento, sabe qué sentiría siendo una nube o viviendo en el cuerpo de una pequeña flor, pero desconoce qué es ser Jana, qué debe hacer o a dónde debe ir. Preguntas que diferentes personajes le ayudarán a responder a lo largo del libro.
Cuántas veces nos hemos imaginado ser quien no somos, cuántas veces soñamos con ser alguien diferente a nosotros, viajar más allá de las montañas, o volvernos invisibles para no tener que dar explicaciones. A veces necesitamos que alguien nos abra los ojos y nos diga lo maravilloso que es ser uno mismo, que nos recuerde que siendo únicamente Jana podemos sentir las cosas con nuestros cinco sentidos… decirle a la gente que queremos todo lo que nos gusta estar con ellos sin necesidad de esperar a que no estén… podemos saborear helados sin tener que esperar a que llegue el verano… saltar en los charcos sin miedo a ensuciarnos los zapatos… dar abrazos grandes o pequeñitos… escuchar canciones y tararearlas aun sabiendo que nunca grabaremos un disco… porque siendo Jana podemos ser libres simplemente escuchando a nuestro corazón hablar más allá del viento.
Jana se nos presenta en una portada pisando fuerte, mirando de frente y segura de sí misma, así es como nos gustaría que fueran nuestras hijas y con una contraportada más fresca pero con la misma seguridad en la mirada, con los brazos abiertos sintiendo la tierra, las flores, el campo y el aire que alborota su pelo.
El libro comienza con unas guardas con las que trabajar las emociones, vemos a una nube risueña, enfadada, pensativa, enamorada, triste o dudosa, con sus bigotes de Dalí nos saca nuestra primera sonrisa.
Lola y Desi tienen un guiño a ese grupo tan especial del que formo parte, dedicándonos un trocito de su obra con la siguiente dedicatoria:
“Al grupo de los “trastos” por ser cheerledaders en todas nuestras locuras literarias”
Ese fue un pequeño secreto que nos tuvieron oculto hasta el momento de tenerlo entre nuestras manos. Gracias por incluirnos en esta maravilla y por compartir con nosotras tantos momentos de “trastos”.
Si el texto me gustaba desde el minuto uno, las ilustraciones me enamoraron desde el primer segundo, con un simple vistazo nos hacen sentir el viento, volar con ella, refrescarnos en sus riachuelos y notar la caricia de una nube con bigote de Dalí.
El abrigo de Jana llega para formar parte de esa colección de “imprescindibles” con la que nuestros peques inician sus pasos en el maravilloso mundo de la lectura.
Hoy me siento madrina por partida doble, y es que tengo dos ahijados para sentirme terriblemente orgullosa de ellos.
Podéis encontrar a Jana en librerías, o podéis encargarla directamente a sus Mamis, haciendo clic en sus nombres os lo enviarán con hermosas dedicatorias.
Vaya!
No se me ocurre otra palabra más acertada después de leer de que trata este libro porque con 41 años y, no me avergüenza decir la edad ni lo siguiente: me siento aún a día de hoy que tengo mucho de Jana. Y también, después de leer hoy “Oito patas” de Ana Meilán (y un vistazo a su blog) me ha enamorado Lucy, a la vez, que me sentía identificada.
Estoy en época de cambios, para mejorar yo, mi forma de ser y actuar ante la vida, lo que conllevará también a mi salud, a mejorarla, con eso cuento y espero, porque lo necesito muchísimo.
Aparecen “señales” de distintos sitios y de distintas partes. Ufff…!
Y creo en éstas.
Espero y deseo que sean para encaminarme hacia un mejor destino.
Prometo que compraré el libro, lo leeré y después os cuento.
Gracias.