Aquel primer día de verano Lía saboreaba su helado de chocolate, nata y vainilla.
Philippe prefería comerse primero su bolita de lima antes que las de fresa y frambuesa.
Y Rudi tenía serias dudas porque no sabía cuál de ellas le gustaba más, ¿chocolate, fresa o mandarina?
Aquella tarde Odón regresaba con una gran sonrisa, su bolsa venía llena de dientes y había llevado su magia a cientos de hogares.
Se acercó a sus hijos, vio aquel libro en el suelo y recordó al instante cuánto les gustaba aquella canción.
Aunque no tenía precisamente un don para el ritmo, apoyó su bolsa en el suelo y como si de un gran cantante de ópera se tratara empezó a cantar:
“Sol, solecito
caliéntame un poquito,
para hoy para mañana
para toda la semana”
¡¡Teníais que haber visto la cara de los ratoncillos!!
Lía decía -¡¡Papá, no es así!!
-La Tía Rita la canta de otra manera- pensaba Philippe.
Y Rudi no podía creerse que su padre que todo lo hacía bien cantara tan tan mal. Empezó a reírse primero con una leve sonrisita para acabar contagiando a sus hermanos y cantando todos a voz en grito aquel “Sol solecito” con el nuevo ritmo que el Rt. Odón acababa de crear.
Estar juntos siempre era algo fantástico.
¿Y vosotros también sabéis esa canción?
#lossecretosdelosperez